- 01. ¿Cómo puedes mejorar el rendimiento del arrendamiento?
- 02. Renta final del inmueble
- 03. Nuestra experiencia como apoyo al arrendamiento
01. Así se mejora el rendimiento del alquiler
V Vivimos en un mundo donde la imagen es preponderante. En la mayoría de las ocasiones, la puerta de entrada de los clientes al arrendamiento de una vivienda es un anuncio en un portal inmobiliario.
Pero hay muchas viviendas en oferta. Por eso, hay que ser capaz de, desde el principio, en los primeros segundos, causar un impacto positivo. Y el arrendatario resultará mejor dispuesto cuando vea un espacio en el que proyectar su hogar, que si lo que percibe es que está visitando una casa ajena.
Estas son nuestras recomendaciones:
Amueblamiento de la vivienda.
En función de las características del inmueble, de a qué tipo de inquilino nos dirijamos, de la renta que vayamos a establecer, de la inversión que hayamos de hacer, se habrá de optar por arrendar la vivienda con mobiliario o sin él.
El mobiliario, en caso de haberlo, ha de ser el adecuado y necesario, actual y debe estar en buenas condiciones.
Despejar la vivienda.
Ha de prescindirse de todo lo accesorio que pueda restar sensación de amplitud o devolvernos una imagen de la vivienda recargada u obsoleta.
Ordenar bien la vivienda y retirar todo lo prescindible.
Si el arrendatario se encuentra a la vista, sobre las encimeras, en los baños o en los rincones, objetos y enseres, puede pensar que la vivienda no le va a permitir albergar sus pertenencias. No se necesita tener a la vista fregonas, exprimidores, maceteros vacíos, tendedores plegables, o tablas de planchar.
Retirar objetos personales.
En general, el arrendamiento será solo del inmueble, o de inmueble más mobiliario y equipamiento. Todo lo demás no ha de formar parte del arrendamiento, y por lo tanto es mejor que no esté ya en las fotografías del inmueble que se vayan a utilizar en publicidad.
Es importante que el arrendatario no se despiste con detalles superfluos, que encuentre un marco neutro en el que proyectar su vida futura.
Reparar los desperfectos.
Nuestra vivienda puede encontrarse en perfecto estado o necesitada de una gran reforma. En ambos casos, conviene que todo funcione, que se puedan utilizar los mecanismos de iluminación, subir y bajar las persianas, abrir y cerrar las puertas y ventanas, accionar los grifos... Las anomalías producen muy mal efecto, provocan al arrendatario rechazo a la vivienda, o le dan argumentos para defender una rebaja del precio.
Limpiar a fondo la vivienda.
El arrendatario va a sentir una experiencia mucho más grata visitando un inmueble limpio y sin malos olores, y es probable que, si la vivienda cumple sus expectativas, termine por interesarse más a fondo por ella que por otras. Una buena alternativa puede ser apoyarse en una empresa especializada. Por su profesionalidad acostumbran a ofrecer muy buenos resultados a precios interesantes.
Entregando bien la vivienda, al terminar el arrendamiento, también será más fácil exigir que ésta se encuentre en buenas condiciones.
Pintar la casa, preferentemente en tono claro y neutro.
La impresión es mejor si las paredes tienen colores claros, que reflejen luz. Las paredes acumulan sedimentos que producen olores, y el visitante percibirá un olor neutro cuando acceda a una vivienda recién pintada.
Incorporar detalles decorativos actuales.
A una estancia que tiende a la monotonía se le puede dar vida con unos cojines, un store, unas velas de colores, o algunas plantas. Unas colchas claras y actuales suelen generar menos reticencia que otras con estampados vivos o diseños anticuados.
Disponer de una buena iluminación.
Cuando tengamos visitas, en cualquier horario, nos podremos apoyar en una iluminación acogedora, cálida, intensa. Si las visitas son fuera del horario diurno, y esto es muy frecuente en invierno, la luz será el principal elemento del que dispongamos para proyectar una imagen alegre de la vivienda.
La percepción por el arrendatario de una vivienda con luz y con olor a limpio puede ser un elemento determinante en el éxito de la venta.
Fotografía profesional.
Una vez preparada la vivienda, es el momento de hacer un reportaje fotográfico, que puede ir acompañado de un vídeo, un plano o un recorrido virtual.
El principal escaparate para el arrendamiento de una casa son los portales inmobiliarios. Pero concurrimos con una gran cantidad de inmuebles semejantes que se encuentran en alquiler. Las dos o tres primeras imágenes que vea el arrendatario lo animarán a profundizar en el análisis de la vivienda, o motivarán que la descarte definitivamente.
Las imágenes han de representar con realismo la vivienda, pero también deben acreditar su potencial. Servirán para interesar al arrendatario en visitar el inmueble, y deben permitirle conocerlo hasta el punto de que en las visitas no se produzca ninguna decepción. Además, disponer de buenas herramientas gráficas nos proporcionará mejores emplazamientos en los portales inmobiliarios.
02. Renta final del inmueble
V Visús y Blasco va a obtener la renta óptima de cada inmueble, que puede ser sensiblemente superior a la que cabría obtener de una primera impresión, cuando con cualquiera de las medidas expuestas se presenta la vivienda con una imagen potenciada con respecto al punto de partida.
Por otro lado, un inquilino satisfecho va a tender a estar más tiempo en la vivienda, lo cual a su vez aumenta la rentabilidad del alquiler, ya que se reduce el número de operaciones de mantenimiento y la pérdida de rentas en las etapas entre dos arrendatarios.
03. Nuestra experiencia como apoyo al arrendamiento
V Visús y Blasco va a asesorar al propietario en todo el proceso de arrendamiento de su casa y le va a ayudar a presentarla de forma óptima, lo que le permitirá obtener toda su renta potencial. Puede colaborar en la búsqueda y contratación de gremios y profesionales.
Le garantiza excelentes herramientas gráficas y buen posicionamiento en los portales inmobiliarios.
Nuestra experiencia es útil también para la selección de los arrendatarios más adecuados para el inmueble.
Y vamos a apoyar el arrendamiento con todas las herramientas precisas, como obtención del certificado de eficiencia energética o de la cédula de habitabilidad (donde es necesaria), seguros de hogar para el propietario, de arrendamiento para garantizar el buen fin económico del alquiler, o de inquilino para que nuestro arrendatario no permanezca en la vivienda sin protección directa.